Un álbum que incitantemente parece ser hecho conscientemente, pero suena lejos de algún estado de vigilia y más cerca a lo que sería un sueño lúcido. Éste es el mejor trabajo de la banda hasta el momento, sin duda.
Artículo Al Azar
Reseñas
Al igual que todo lo que han hecho, el disco sigue una fórmula progresiva que muestra bellos paisajes limpios, secos y tranquilos que llegan a explotar intensamente en refinados coros excelentemente bien trabajados por Philippakis, y en alguna que otra extravagancia instrumental.
Aunque Transgender Dysphoria Blues se acerca más a un álbum solista que a un registro nuevo de lo que alguna vez representó la mítica banda Against Me!, logran recuperarse un poco, y sólo un poco, después del inmaduro White Crosses.
The Day is My Enemy retoma completamente el camino nu-rave que ya se encaminaban a seguir los integrantes de la banda, sin embargo, en esta ocasión, lo hacen de un modo "correcto" al integrar elementos que en el pasado fueron descuidados.
Una producción áspera y descuidada que nos recuerda toda la esencia punk y garage con la que iniciaron, pero que es un poco decepcionante sobre todo por la larga espera que aguardamos desde su último lanzamiento hace 11 años.
Todas las canciones se sienten muy íntimas gracias a que fueron tocadas en vivo en su propio estudio, sin trucos de producción, y en algunas de ellas incluso se puede escuchar las conversaciones que tienen entre ellos dentro de la sesión.
Recreando ambientes más crípticos y oscuros, la banda se regenera en esta ocasión con tempos desacelerados y matices opacos.