Worst to Best – The Black Keys


Cada uno de los discos de The Black Keys ordenados del peor al mejor.

Con una discografía extensa, ordenar cada disco de The Black Keys es difícil, pero este podría ser el orden definitivo.


11. Delta Kream (2021)

El disco de Hill Country Blues de The Black Keys ha resultado en una experiencia muy desangelada. Delta Kream es un álbum homenaje de covers a 11 canciones tradicionales de blues del norte de Mississippi, grabado en aproximadamente 10 horas, durante 2 tardes, sin ensayos previos, con contribuciones en todas las canciones del guitarrista Kenny Brown y del bajista Eric Deaton, eminencias de éste género.




54 largos y tortuosos minutos que suenan sumamente repetitivos, con riffs aburridos y, en general, con una obvia carencia de ideas; este álbum pudo no haber sido creado y no pasaba nada. Delta Kream es una gran mancha en la discografía de The Black Keys.


10. Dropout Boogie (2022)

Después de Delta Kream, la banda decidió volver a grabar un disco de blues rock y de garage, retomando sus raíces. pero esta vez abriendo su proceso creativo, por primera vez, a colaboradores que les ayudaran a crear canciones originales.

Entre los invitados se encuentran Greg Cartwright (Oblivians, Reigning Sound), Angelo Petraglia (Trisha Yearwood, Taylor Swift, Kings of Leon) y Billy Gibbons de ZZ Top, pero ni esta nueva sangre en las venas de The Black Keys lograron que la experiencia fuera cercana a las mejores épocas de la banda.


9. Thickfreakness (2003)

Para su segundo álbum, la banda aún estaba en la búsqueda y construcción de un sonido propio, por lo que Thickfreakness constituyó un paso hacia la consolidación de su esencia, aunque sonando de manera aún muy primitiva y amateur.


8. The Big Come Up (2002)

Un debut inesperadamente exitoso y ríspido; The Big Come Up contiene en sus entrañas la honestidad de un par de músicos que deseaban homenajear, sin grandes pretensiones, el sonido blusero con el que crecieron.

Pese a haber sido grabado en una grabadora de 8 canales con 2 micrófonos comprados en eBay, y que 5 de los 13 tracks sean covers; fue lo suficientemente bueno como para vender 139,000 copias.


7. Rubber Factory (2004)

The Black Keys grabaron sus dos primeros álbumes de estudio en el sótano del baterista Patrick Carney. Pero para su tercer disco, se vieron se vieron obligados a buscar una nueva ubicación después de que el propietario vendiera el edificio.

Decidieron instalar un estudio improvisado en una fábrica en ruinas en su ciudad natal de Akron, Ohio, construida por General Tire para fabricar llantas de caucho. Con una acústica horrible, un calor infernal y una consola de segunda mano que fallaba frecuentemente, las sesiones se extendieron casi cinco meses.

Pero nada de esto impidió que la banda creara un sólido trabajo de rock que en su momento fue unánimamente aclamado.


6. ‘Let’s Rock’ (2019)

Let’s Rock es el regreso de The Black Keys después de una larga pausa que tomaron. Sin ensayos previos ni canciones que hubieran escrito, se reunieron un día de septiembre de 2018 en el estudio Easy Eye Sound de Dan Auerbach y desde el primer momento hubo una química instantánea. Un álbum que resultó en el rock clásico de la banda sin mayores pretensiones.


5. Magic Potion (2006)

Fue hasta este disco, el cuarto de la banda, que lograron hacer un álbum con material completamente propio. Es hasta este disco que el sonido de la banda suena con una identidad propia, llena de alma y creatividad, pese al descontento de sus integrantes por el sonido de la mezcla final. Si nunca le has dado una oportunidad a The Black Keys y no sabes por dónde comenzar o qué álbumes escuchar, es a partir de esta posición que te recomiendo darles una escuchada.


4. Attack & Release (2008)

Primer álbum de la banda en grabarse completamente en un estudio profesional, así como el primero en contar con un productor externo (nada más y nada menos que Danger Mouse). Un álbum lleno de ideas que representó el inicio de la época dorada de la banda.


3. Turn Blue (2014)

El último álbum que podríamos considerar muy bueno en la discografía de The Black Keys. Nuevamente con Danger Mouse en la producción, las sesiones coincidieron con el divorcio de Auerbach de su esposa, que inspiró gran parte de las letras del álbum. El material resultante es más melancólico y más lento que las canciones animadas y cargadas que habían presentado en El Camino.

El álbum exhibe influencias de rock psicodélico y de soul, al mismo tiempo que incluye el sonido habitual de blues y garage rock de la banda. Además de representar el tono melancólico del disco, el título fue seleccionado como un homenaje al eslogan «vuélvete azul» utilizado por el presentador de terror de la década de 1960, Ghoulardi.


2. El Camino (2011)

Divertido y muy animado, para su séptimo álbum la banda se acercó a escribir y grabar de manera diferente que en álbumes anteriores, ya que ingresaron al estudio sin haber escrito ningún material y tomándose más tiempo para deliberar sobre cómo estructurar las canciones.

Después de luchar para traducir las canciones más lentas de Brothers a un escenario en vivo, la banda escribió pistas más animadas y cargadas para El Camino. La portada del álbum muestra una minivan similar a una en la que el grupo estuvo de gira al principio de su carrera, pero como broma interna, llamaron al disco igual que el muscle car El Camino.

Se utilizó un anuncio de periódico falso y un comercial de automóvil de parodia que jugaba con esta broma para promocionar el disco antes de su lanzamiento. Un álbum imprescindible de la década de los 10s.


1. Brothers (2010)

El disco que comercialmente posicionó a The Black Keys como una propuesta muy interesante en el panorama internacional. Siguiendo con la maduración de su sonido a niveles profesionales, Brothers es la consumación de la hermandad entre los integrantes después de un caótico divorcio por parte del baterista y de los rumores de separación de la banda gracias al lanzamiento del debut solista de Dan en el 2007.

Sin duda, el mejor álbum de la banda y uno de los favoritos de los fans debido a su autenticidad y energía. El disco donde la banda logró plasmar el sonido que querían crear desde el inicio de su carrera a la perfección, con un gran énfasis en los bajos y en el bombo, enfocado en el garage y el blues más excitante que se ha producido en los últimos años. Fue aclamado por decenas de medios como uno de los mejores discos del 2010. Una obra de arte.