Reseña: Metronomy – Love Letters (2014)


Ahora no compusieron un álbum, sólo descompusieron su sonido minimalista, sin llevarlo por nuevos horizontes y olvidándose del ingenio.
Estética del Sonido
4.5
Narración y Discurso
3.5
Técnica de Producción y Mastering
3.5
Creatividad
3.5
Nota de lectores1 Vota
8
3.8
metronomy-love-letters
Because Music Producción: Joseph Mount En algo no se equivocan: la portada retrata fielmente la sosa suavidad del álbum

Pese a ser una banda sin mantenerse en un género en particular, hasta este momento se había notado un »avance» en el sonido y carrera de la banda. Nights Out (2008) fue un álbum cautivante, sagaz en la pista de baile y que no parecía ser hecho por los mismos músicos que hicieron el inmaduro Pip Paine (Pay the £5000 You Owe) (2006), su debut. Para su tercera producción The English Riviera (2011), lograron hacer un álbum suave y delicado, un disco perfecto para los amantes del pop que les hizo ser nominados al Mercury Prize.

Esta vez, los integrantes de Metronomy se han decantado por continuar con el sonido que sigue la línea de su anterior trabajo The English Riviera, un electropop que es manufacturado gracias a la incorporación de Gbenga Adelekan y Anna Prior desde el 2009. Lamentablemente, esta vez suena muy »desabrido», sin momentos interesantes como su predecesor y con una producción bastante descuidada. Poco explosivo, nada bailable, en resumen, un álbum repetitivo y aburrido.




Aunque las dos primeras canciones »The Upsetter» y »I’m Aquarius» pueden hacernos pensar que al menos mantienen el nivel de su producción previa, la verdad es que poco a poco el álbum se desarma de forma tan rápida y catastrófica que para »Boy Racers», a mitad del disco, no dan ganas de continuar con la escucha. Han llevado su pop a tal extremo que ya ni es cautivante ni agradable. Las letras de amor/desamor nos dibujan imágenes tan melosas y arquetípicas que es mejor no ponerles atención.

Sinceramente, aunque a The English Riviera no lo encontré muy fascinante en su momento, se notaba una producción fantásticamente refinada y elegante. Eso que habían logrado, ahora lo han perdido. Ahora no compusieron un álbum, sólo descompusieron su sonido minimalista, sin llevarlo por nuevos horizontes y olvidándose del ingenio. Para esta ocasión: nada de nominaciones al Mercury Prize, nada de estar en las listas de lo mejor del 2014. Esta vez sólo existe un álbum que es para el olvido y una excelente cátedra sobre cómo perder a tus fans en un segundo.