Reseña: Crystal Castles – Amnesty (I) (2016)


Es un trabajo ordenado y coherente con lo que significa Crystal Castles. Edith Frances carece de personalidad, y se limita a imitar el trabajo de Alice Glass.
Estética del Sonido
10
Narración y Discurso
7.4
Técnica de Producción y Mastering
10
Creatividad
8
Nota de lectores0 Votos
0
8.9
crystal-castles-amnesty-i
Fiction Records /// Productor: Ethan Kath

Hace 2 años, cuando nos enteramos que Alice Glass dejaba Crystal Castles, pensábamos que era momento de despedir a una de las mejores bandas electrónicas que hemos visto en los últimos años. Ahora, con Edith Frances como su reemplazo, la banda se embarca en intentar salir a flote de lo que significa perder a su miembro más carismático y a la mitad de lo que hacía funcionar su sonido. Afortunadamente, el resultado que nos presentan en Amnesty (I) es majestuoso.

Amnesty (I), la nueva placa de los canadienses, inaugura una nueva etapa creativa que mantiene viva la esencia y gran personalidad que ya habíamos visto a lo largo de su carrera. Basta notar el nombre del disco, la portada y el diseño de imagen que presentan en el primer single para darse cuenta que el cambio es mínimo, y la intención es mantenerlo todo igual. Probablemente esto responda a que, desde el principio, Ethan Kath ha sido el encargado de crear las lúgubres construcciones sonoras y visuales que han rodeado a Crystal Castles. De hecho, él mismo dijo, cuando salió Alice, que él era Crystal Castles y Glass sólo ayudaba en las letras y las voces (una declaración contradictoria con muchas entrevistas que habían dado y que se la debió haber guardado, aunque fuera cierta, para no verse tan enchilado). Independientemente de lo similar que resulte el disco con los anteriores, todo el sonido es una maravilla que cautiva desde la primera canción hasta la última.




Empezando con «Femen», una obra introductoria que nos ayuda a vislumbrar cómo el disco se va desarrollando muy ordenadamente en momentos estratégicamente pensados, y estremecernos prácticamente durante cada segundo que pasa.

Amnesty (I) contiene una estrecha similitud con el distorsionado y ruidoso techno de los primeros dos álbumes de Crystal Castles, perdiendo un poco la belleza y claridad de las ambientaciones oscuras que magistralmente construyeron en (III). Podemos encontrar en él tracks como «Frail», «Enth», «Concrete» o «Kept», tendientes hacia un denso y oscuro breakbeat para el rave, o canciones trabajadas de forma finísima como «Chloroform», «Frail», «Ornament» o «Their Kindless is Charade», que nos muestran el minucioso trabajo en sintetizadores para construir paisajes inmortales. Las reminiscencias hacia el feroz y asfixiante sonido 8-bit también continúan ahí, aunque hay que excavar un poco (sólo un poco) para percibirlas. «Teach Her How to Hunt» es el momento más transgresor del álbum, puesto justo a la mitad de la experiencia para equilibrarla.

Como decíamos, aunque el disco se siente completamente como una continuación del legado de la banda, no queda la sensación de estar incompleto o falto de ideas creativas. La principal crítica que podría tener el álbum es que este proceso de separación pudo haber servido como un punto de reinvención en la estética del sonido, algo que obviamente no pasó. Edith Frances parece limitarse a emular la aportación que Alice hacía y queda como una pieza reemplazable que no tiene cualidades únicas explotables, una simple pieza de decoración. Pero bueno, estamos felices de que, al menos durante este proceso, no se perdió nada de lo que hacía a Crystal Castles una banda tan grandiosa. Siendo sinceros, en realidad es una delicia escuchar nuevamente el sonido tan característico que a la banda le costó tanto trabajo forjar.

Pese a las bajas expectativas que se habían creado en torno a este lanzamiento, Ethan Kath ha demostrado que puede continuar haciendo obras maestras sin necesidad de estar acompañado por Alice Glass. Parece que con esto él confirma su versión de que era el visionario constructor del sonido de los discos. Falta ver lo que Alice lanza como solista para tener una mejor perspectiva de lo que ella aportaba y de su capacidad para reinventarse.

Crystal Castles es una banda de música electrónica experimental formada en el 2003 en Ontario, Canadá. Sus dos miembros originales, Alice Glass y Ethan Kath empezaron a llamar rápidamente la atención con su banda gracias a sus caóticos shows en vivo y a su característico sonido lo-fi que tenía muchas reminiscencias al sonido de videojuegos de los 80s. Después de 3 discos que fueron aclamados internacionalmente por la crítica, Alice posteó en Facebook en octubre de 2014 que no podía continuar con Crystal Castles por motivos profesionales y personales, dejando entrever los diversos problemas que ya arrastraba con su compañero.