Análisis: The Beatles – Revolver


The Beatles - Revolver
Parlaphone /// Producción: George Martin

Hablar de un álbum tan importante para la música contemporánea, como lo es Revolver (1966), es una tarea difícil y que se debe tomar con mucha responsabilidad. ¿Cuál es el punto de desempolvar un discurso en torno a un álbum que ya tiene su lugar en la historia? Creo que el punto es mostrar la relevancia de esta música a las nuevas generaciones y hacer un esfuerzo porque no se olvide la hazaña que fue en su momento. Justamente esta tarea debería estar en manos de aquellas personas que vivieron su impacto cultural en los días que fue lanzado, y también por los medios, que nunca debemos olvidar que nuestra tarea es explicar los discursos sonoros y no simplemente limitarnos a vanagloriar o destrozar a los artistas.

Revolver: El álbum de los Beatles que lo cambió todo

Las posiciones que ha ocupado el disco en diferentes listas de crítica especializada nos habla ya del parteaguas que significó su lanzamiento para la evolución de la música occidental; ¿Por qué? ¿Qué lo hace tan bueno? Me atrevería a decir que son simplemente dos cosas:




La primera: la experimentación técnica que generó un nuevo impulso en la industria musical. Antes de Revolver, las bandas de música pensaban que hacer un disco significaba tomar varias canciones y ponerlas juntas en una pieza de plástico. Revolver vino a cambiar eso, intentando generar una nueva experiencia musical, una que sólo podía disfrutarse de forma grabada y reproducida a través de bocinas y no en vivo. The Beatles entendió que el estudio de grabación podía funcionar como un nuevo integrante de la banda y lo aprovechó de una forma fantástica, traspasando las barreras que les impedían mostrar su realidad, lo que provocó una evolución radical en la música pop.

La segunda: su eclecticidad; su visión holística; su conjunción de influencias; su visión global de las cosas… como quiera llamársele a eso que lograron: juntar un buen de influencias y referencias temáticas y artísticas para dar a luz a un producto que siempre se ha sentido desbordante de ideas. Durante toda la experiencia que dura el disco, los de Liverpool superan con creces las expectativas que nuestra imaginación pueda crear, incluso después de haberlo escuchado durante los últimos 50 años.

La proeza técnica

La innovación técnica que lograron en la grabación y producción del álbum hubiera sido imposible si no fuera porque por primera vez en su carrera tuvieron un íntimo estudio de grabación que podían ocupar a sus anchas cuanto tiempo quisieran, lo que les permitió aprovechar los nuevos avances tecnológicos, explorar nuevos instrumentos y experimentar en soluciones para sus ideas creativas.

Desde que se empezó a crear el álbum, McCartney convenció a sus compañeros de que era momento de dejar de hacer composiciones pop y empezar a hacer arte. Justo en la época, él empezaba a interesarse por la música concreta (un tipo de música experimental en el que se crea un collage en una banda magnética de sonidos pre-grabados) y por la experimentación de la música electrónica. Él fue la batuta que comandó toda la experimentación sonora que se puede escuchar en la placa, integrando mucha influencia de música académica e instrumentos clásicos, como el cuerno francés en “For No One”, una banda de viento-metales en “Yellow Submarine” o un octeto de cuerdas en “Eleanor Rigby” y otras cosas no escuchadas antes en discos, como el sonido de un animal (una gaviota, que en realidad es una distorsión de la risa de Paul) o nuevas técnicas, como la ADT, inventada por su ingeniero de sonido Ken Townsend para crear automáticamente una pista de voz duplicada.

George Martin y Geoff Emerick, productor e ingeniero de sonido, fueron pieza clave para lograr los extraños sonidos que los integrantes de la banda querían en su disco: desde poner micrófonos muy cerca del bombo y desacelerar la mezcla para crear un sonido muy profundo y bajo, hasta mucha manipulación electrónica en la ecualización de las mezclas y grabaciones, todo para reflejar la sensación de escuchar un mundo bajo la influencia de estupefacientes.

Revolver significó un parteaguas en la utilización del estudio de grabación, algo que afectó inmediatamente y para siempre el desarrollo de la música popular.

La proeza de juntar todo

Desde la portada se podía observar la claridad con la que la banda quería inaugurar una etapa más artística en su carrera, conjuntando muchísimas influencias, alejándose de querer ser un producto para las masas, y los dos primeros tracks de la placa son el mejor manifiesto que pudieron haber creado. En “Taxman”, los primeros sonidos del álbum (desorganizados y aleatorios), funcionan en conjunto con una voz que hace una cuenta de compás, lo que nos remite a que estamos a punto de escuchar una obra, un concepto. Conforme se desarrolla el track podemos apreciar el primer elemento que nos sugiere que será algo impecable: el potente, distorsionado y atroz solo de guitarra. Luego, en un repentino cambio, entra “Eleanor Rigby”, una composición orquestal, vanguardista para la época, que dejaba claro el abrupto cambio que los de Liverpool querían en su sonido.

Cuando llega el momento de escuchar “I’m Only Sleeping”, podemos apreciar que el discurso lírico de la banda también se alejaba de convencionalismos para mostrarnos finalmente sinceridad en lo que decían, algo que musicalmente reflejan con el solo de guitarra grabado al revés para darnos una extraña experiencia estética que pocas canciones han logrado. Ellos realmente se sentían en un sueño lúcido y querían que nadie los despertara de ese mundo inagotable de ideas.

“Por favor, no me despiertes, no me agites. Déjame en donde estoy, sólo estoy durmiendo.”

I’m Only Sleeping

En cuanto a las letras, aunque debemos admitir que Rubber Soul (1965) fue el primer acercamiento de la banda por interesarse en abordar temas que no solo hablasen de ridiculeces como tomarse de la mano con una chica, fue hasta Revolver que perfeccionaron este asunto hablando sobre soledad, política y su dealer, entre otras cosas. Pero hay tres aspectos esenciales que definieron semánticamente lo que Revolver es: la música india, el arte y el LSD.

Justo en la época, Harrison se interesó extremadamente en influenciarse por la cultura india, algo que plasmó adecuadamente en el disco a través del uso del sitar (instrumento musical de Asia del sur), y lo hizo tan bien que Brian Jones de los Rolling Stones decidió usarlo también meses después en “Paint It Black”.

Los primeros acercamientos que Harrison y Lennon tuvieron con el LSD les hizo tener la idea de querer llevar esa experiencia sensorial a las letras y música que componían, demandando nuevos sonidos que reflejaran adecuadamente una experiencia alucinógena, algo que consiguieron en todas las canciones, pero especialmente en “Love You To” y “Tomorrow Never Knows”.

“Love You To”, considerada la primera canción de pop en emular una fórmula de música no occidental, en este caso la música india, en la estructura e instrumentación, ampliaba años luz los horizontes artísticos de la música de la época.

“Yellow Submarine”, “Good Day Sunshine”, “Doctor Robert”, “For No One” y el resto de las canciones que conforman el tracklist de la placa, son ahora clásicos de la cultura popular. Todos creados en perfecta cohesión para formar un álbum perfecto, y para muchos, el mejor en la carrera de la mejor banda de toda la historia.

“Tomorrow Never Knows”, la canción que cierra el disco, resume perfectamente lo que es Revolver, innovando tanto en estructura como en producción y conjuntando influencias indias para hacerlo sonar como parte de un sueño. La composición de la letra, basada en el libro The Psychedelic Experience, a su vez basado en El Libro de los Tibetanos Muertos, declara unas instrucciones que Lennon siguió para componer la canción mientras estaba drogado con LSD; y probablemente es lo que nosotros también deberíamos hacer para apreciar adecuadamente el disco:

«Cuando tengas dudas, relájate, apaga tu mente, y déjate ir río abajo».

Tomorrow Never Knows
Revolver Back - The Beatles

En conclusión, Revolver se alza como un monumento atemporal en la historia de la música contemporánea, trascendiendo las décadas con su impacto perdurable. Más allá de ser solo un álbum, Revolver marcó un cambio de paradigma en la forma en que la música es concebida y producida, encapsulando la evolución y el espíritu de una época, desafiando convenciones y estableciendo nuevos estándares para la creatividad musical. Como guardianes de la historia musical, es nuestra responsabilidad seguir transmitiendo la importancia y la grandeza de este álbum a las nuevas generaciones, asegurando que su legado perdure y continúe inspirando a artistas y oyentes en todo el mundo.